No hay más cera que la que arde. Los depósitos bancarios que hace apenas año y medio llenaban el bolsillo de los españoles más conservadores con rentabilidades que en algunos casos llegaban al 4% hoy traen de cabeza a quienes tienen más aversión al riesgo. Conseguir un 1% se ha convertido en una misión casi imposible que obliga a los ahorradores a buscar alternativas en inversión de mayor riesgo a la caza y captura de rentabilidades significativas.
El único alivio para quienes se resisten a dar el salto al mundo del riesgo es que el desplome de los precios –la inflación cerró noviembre en tasas negativas del 0,04%– permite defender con relativo facilidad el poder adquisitivo. Pero la realidad es que las rentabilidades son pírricas y podrían serlo más a medida que avance el año 2015.
La mejor prueba es que las entidades financieras están terminando el año con la tijera entre las manos. ING Direct, Bankia, Bankinter, Bankia, CatalunyaCaixa y Openbank acaban de reducir la remuneración de sus depósitos. Y lo han hecho con un denominador común: todas pagan por debajo del 1%, una cifra que parece que pronto será cosa del pasado a la vista de la velocidad a la que la banca está dejando de apostar por estos productos.
Ahora, sólo Banco Popular, Finantia Sofinloc, Caixa Geral, Banco Mediolanum y Banco Pichincha están pagando más de dicho 1%. Una rentabilidad a la que los inversores deben descontar el 21% -el 20% a partir del 1 de enero- de retención que Hacienda aplica a los productos de ahorro. Dicho de otra forma, los rendimientos de estos productos se encuentran en unos niveles que no pasan de testimoniales.
Las entidades, que están apostando con mucha fuerza por los fondos de inversión, están dejando en la vía muerta su oferta de depósitos. Algunas están remunerando unas décimas más sus productos sólo si es dinero nuevo o si se compra un fondo de inversión. Y están también alentando la comercialización de depósitos estructurados, que ofrecen mayor rentabilidad (en torno al 4%) pero que están ligados a la evolución en bolsa de una cesta de valores. Por lo tanto, sus rendimientos no están asegurados.
¿Hay alternativas? La aparición del producto Ahorro 5 (que verá la luz en 2015) con una inversión máxima de 5.000 euros y con ventajas fiscales o algunas de las mejores cuentas remuneradas del mercado pueden ser una opción válida. Algunas de estas últimas son atractivas. Ofrecen rentabilidades de alrededor del 2% en los tres o cuatro primeros meses (luego dan entre el 0,5% y el 0,7% TAE) y muchas de ellas devuelven una pequeña parte del importe de los recibos domiciliados.
Con la rentabilidad de los depósitos en un pírrico 0,62% a un año (con los datos de cierre del mes de octubre), los inversores parecen obligados a mover ficha. Nunca desde que empezó la crisis será más difícil (por no decir imposible) conseguir rentabilidades significativas sin riesgo.