Ha apelado al principio de solidaridad para reivindicar que «en ningún caso» se tengan en cuenta las balanzas fiscales a la hora de dialogar sobre la financiación autonómica, reclamando que todos los ciudadanos reciban los servicios públicos con la misma calidad.
Ha hecho hincapié en que cuesta más prestar un servicio público en una localidad como Albarracín (Teruel) que en la ciudad de Zaragoza y, en conjunto, más en Aragón que en Madrid o Cataluña.
«De los datos podemos decir que son obvios», ha señalado Vallés, indicando que las regiones con un PIB más alto y mayor población aportan más y su saldo es negativo, mientras que aquellas con el PIB más bajo y menos población tienen un saldo positivo, como es el caso de Aragón.