Además, el acuerdo apuesta por que el Ayuntamiento se dirija a la dirección del Horno San Buenaventura con el fin de facilitar unas negociaciones «reales y efectivas» destinadas a garantizar el pago de todas las deudas a los trabajadores, «así como el cese de la destrucción de empleo en el seno de la plantilla y el fin del empeoramiento de sus condiciones de trabajo».
Según señala la moción de IU, recogida por Europa Press, el Horno San Buenaventura es «probablemente uno de los obradores más antiguos de Europa, según la lápida existente en la cafetería de la calle Carlos Cañal su origen se remonta a 1385, estando regido actualmente por la familia De la Fuente, dedicada al ramo de la panadería en Alcalá de Guadaíra».
«El Horno San Buenaventura se suma a la larga lista de empresas sevillanas que han acudido a los juzgados mercantiles por problemas de insolvencia, declarándose el pasado 11 de diciembre en concurso de acreedores», añade, recordando que esta sociedad tenía más de 200 trabajadores en cinco establecimientos abiertos al público, además de unas instalaciones productivas de pasteles y pan en Hytasa.
Señala que en algo más de dos años la empresa ha llegado a «despedir a once empleados en la tiendas y más de 70 en las fábricas de la empresa», mientras los trabajadores protestan y reclaman el pago de las nóminas, «además de los finiquitos no aportados a los trabajadores despedidos, algunos hasta con 39 años de antigüedad en la empresa».
Así, añade que los empleados han pedido en los juzgados el reconocimiento de que el Horno San Buenaventura es «realmente la matriz» de un grupo de empresas, entre las que figuran Hostelería San Buenaventura, Tienda San Buenaventura, Panificadora Santa Cecilia y Horno Real, entre otras.
Por último, señala que, según los representantes de los trabajadores, «en ningún momento la empresa ha querido hablar de los despedidos, ni del pago del dinero atrasado».» Hay una mesa de dialogo pero sólo se abordan cuestiones relacionadas con los trabajadores en activo, pero no se tratan los despedidos, ni el dinero que se les adeuda a los que aún trabajan (a pesar de ser una cifra considerable)», insiste.