De esta manera, este nuevo plan, según ha explicado Navarro en declaraciones a los medios, permite a tiempo real saber la situación de cada uno de los centros que atienden a los menores en el Sistema de Protección de Menores y de cada uno de éstos, independientemente de donde estén, es decir, en acogida o en centros.
El objetivo, según la consejera, es «armonizar la atención y el cuidado que el menor necesita y cubrir sus necesidades básicas, donde tiene que jugar un papel importante su vida emocional». El nuevo plan se va a desarrollar a través de dos iniciativas, el Programa »Viaje a mi historia» y el Programa para la Evaluación y la Calidad en los Centros de Protección. Así, la finalidad de la primera herramienta es proporcionar un nuevo enfoque psicosocial del desarrollo evolutivo de los niños acogidos en el sistema de protección de la Junta, de forma que puedan conocer su origen e historia personal y tengan garantizado el derecho a la identidad.
Como material de apoyo, el programa dispone de la Guía »Viaje a mi historia», un libro de vida que guarda la constancia documental y gráfica de las experiencias e impresiones de niños y las personas con las que viven, para trabajar con los recuerdos del pasado, las vivencias del presente y las expectativas del futuro. Además, tiene una »caja de recuerdos» para guardar objetos, fotos o recuerdos que el menor quiera conservar de su estancia de acogimiento familiar o residencial, y de su relación con la familia acogedora o la persona especialista.
«Todo ser humano necesita saber su origen y su historia», ha expresado Navarro, al tiempo que apunta que esta medida servirá para que el menor «construya su propia identidad».
El nuevo plan va a posibilitar la creación de dos equipos técnicos para el desarrollo de los programas, uno con sede en Carmona (Sevilla) y el otro en Granada, que se ocuparán de poner al día y actualizar los datos, de forma individualizada, de los menores.
CAMPUS VIRTUAL
Aprovechando el uso de las nuevas tecnologías y para mejorar el sistema de información de los centros y de los menores, así como para coordinar todo el conocimiento al respecto, otra de las medidas destacadas del plan es la creación de un Campus Virtual que permita la formación, información e interacción constante entre los profesionales implicados en la atención de menores.
Este Campus Virtual permitirá saber en tiempo real lo qué ocurre desde que se declara el desamparo del menor y las medidas legales que se adoptan, pudiendo actuar desde el inicio conforme a éstas. Asimismo, se mantiene un conocimiento del menor y de la situación de la familia biológica, pues no siempre que se retira un menor de la unidad familiar es para siempre.
Andalucía cuenta con 275 centros de protección con más de 2.600 plazas, a lo que se une más de 3.900 menores acogidos por familias, que es la medida protectora más extendida en Andalucía. El acogimiento familiar se define como una medida de protección alternativa a la institucionalización, en la que un o una menor pasa a formar parte durante un tiempo de una familia distinta a la suya biológica, que le proporciona los cuidados necesarios para su desarrollo psicosocial y una atención normalizada.
La consejera, en este sentido, ha explicado que siempre se intenta que el menor conviva en un núcleo lo más parecido al entorno familiar normalizado, apuntando que ha ido creciendo el número de familias de acogida en Andalucía, priorizando en los menores de siete años.
Para la puesta en marcha de este plan la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, a través del Observatorio de la Infancia en Andalucía, impartirá la formación adecuada a los profesionales de los centros de protección y de las instituciones colaboradoras de integración familiar.
Por último, ha indicado que la Junta trabaja en Andalucía con once Instituciones Colaboradoras de Integración Familiar para el Acogimiento, entidades que cuentan con equipos de profesionales en el campo de la psicología, el trabajo social y el derecho, a las que la Junta ha destinado más de 14 millones de euros en los últimos cuatro años.
La intervención preventiva y de detección de situaciones de riesgos de los más de 500 profesionales que forman parte de los 144 Equipos de Tratamiento Familiar, la mayor estructura de España, motivaron en 2010 un descenso de los desamparos de menores en un 8,4 por ciento con respecto al año anterior.