El imputado, que era novio de la madre del pequeño y se encuentra en prisión desde los hechos, declaró el pasado 30 de abril que todo fue un accidente, ya que el niño se cayó a la balsa y él no supo reaccionar, sino que «se bloqueó». Asimismo, indicó que no sabe nadar, que sólo flota y que en estado de nervios ni eso, apuntando que pensó que si se tiraba a la alberca se hundiría.
Así, el instructor apunta a que si es necesario, se tome declaración a personas del entorno del imputado, de 23 años, por si tiene alguna incapacidad para nadar o presenta miedos que pudieran haberle impedido ayudar al menor en el momento de los hechos, según han precisado a Europa Press las mismas fuentes.
Asimismo, este martes ha comparecido una testigo, quien ha ratificado lo manifestado ante los investigadores en su día. En ese momento dijo que, aunque no tenía relación directa con el imputado, lo conocía del barrio y que recordaba haberlo visto dentro del mar con una colchoneta y que salía a navegar en un barco pequeño de un familiar.