El dolor plantar es de difícil solución, y además existe dudosa evidencia científica sobre los tratamientos óptimos.
Inicialmente:
– Tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (tipo ibuprofeno), y rehabilitación, dirigida a alargar el tendón de Aquiles y a fortalecer la musculatura del pie
– Reposo : Utilice el dolor como guía. Disminuya su actividad o ejercicio.
– Hielo : El masaje con hielo, preferiblemente un par de veces al día o al menos una vez al final del día. Se puede llenar una pequeña botella de plástico con agua y congelarla. Hacer rodar el talón y el arco del pie sobre la botella durante unos 20 minutos proporciona masaje, estiramiento y frío.
– Corregir factores de riesgo (sobrepeso, tipo de actividad laboral, empleo de plantillas en pacientes con pie plano o cavo)
– Calzado: Los calzados con tacón blando y amplio, y con suela relativamente rígida proporcionan la máxima comodidad y protección. El calzado deportivo es recomendable.
En los casos refractarios o en casos más intensos:
– Infiltración con corticoides
– Plantillas que soporten el arco plantar o taloneras de silicona
– Ortesis (soportes del arco)
– Corregir factores de riesgo
– Cirugía: Indicada en casos severos a pesar del tratamiento conservador mantenido durante 6-12 meses, y consiste en la resección del tejido inflamado de la zona del hueso del talón (calcáneo)