De acuerdo con las Guías de Nutrición profesionales, de sociedades científicas avaladas con estudios reconocidos internacionalmente, una dieta saludable:
1. Implica un especial hincapié en el consumo de vegetales, frutas, granos enteros y productos lácteos bajos o libres de grasa (semi-desnatados y desnatados).
2. Incluye carnes sin grasa, aves, pescados, verduras, hortalizas, huevos –moderada cuantía semanal- y nueces.
3. Es baja en grasas saturadas, grasas “trans”, colesterol, sal y azúcar agregada.
4. Consigue un balance energético integral -entre las calorías que se consumen con aquellas que se queman a través de la actividad física- para así mantener un peso adecuado al sexo y edad.
Y ¿qué podemos hacer para conseguirlo?
• Comamos frutas y vegetales de diferentes colores consiguiendo con ello una gran variedad de importantes nutrientes.
• Los alimentos que contengan fibra, como frutas, verduras, hortalizas y granos enteros.
• Escoja los filetes/cortes sin grasa de carnes y aves. Elimine el exceso de grasa y quite la piel de las aves antes de cocinarlas.
• Preste mucha atención a los tamaños de las raciones/platos, especialmente en los restaurantes. Las raciones más pequeñas equivalen a menos calorías.
• Sazone sus comidas con jugo de limón, hierbas y especies, en lugar de sal y mantequilla.
• A ser posible, escoja alimentos cocinados al horno, hervidos, a la parrilla, al vapor o a la plancha con una mínima base de aceite de oliva virgen-, en lugar de fritos.
• Si comemos fuera de casa, seleccionemos un plato del menú, en lugar de tratar de sacarle máximo valor al dinero en un buffet que le va a inducir a consumir más de lo que debe comer y que es negativo para nuestra salud: “todo lo que pueda comer” No es lo adecuado. Es un grave error.Es además muy importante que consumamos preferentemente productos de temporada y si son de nuestra región/provincia, sus productos “saludables” como los nutrientes antioxidantes que contienen que serán mejores y en mayor cuantía.