La catarata consiste en la opacificación del cristalino producida sobre todo por el envejecimiento (catarata senil) y en otros casos en relación con algunas enfermedades, fármacos, traumatismos o congénitas. Es la principal causa de ceguera evitable, siendo responsable del 48% de los casos de ceguera en el mundo.
La catarata produce una disminución progresiva de la agudeza visual, y deslumbramientos lo que provoca deterioro de la calidad de vida y contribuyen a que los ancianos sean más dependientes.
Como no hay un tratamiento farmacológico eficaz para las cataratas, se recomienda el uso de lentes apropiados, una iluminación adecuada a la actividad a desarrollar y cuando la catarata produzca dificultades visuales que afecten al desarrollo de las actividades habituales de la vida diaria, valorar la cirugía de la catarata, que suele consistir en su extracción seguida de la implantación de una de lente intraocular.
La cirugía de cataratas es una de las intervenciones que con más frecuencia se hacen en la actualidad, se suele utilizar anestesia local. Realizadas por un cirujano experto, y con las técnicas actuales es una cirugía segura que consigue una buena visión en más del 96% de los pacientes y con escaso riesgo de complicaciones.
En el postoperatorio inmediato aunque las complicaciones son muy escasas hay que vigilar la posibilidad de una infección del ojo, una hemorragia o desprendimiento de retina. A partir de los 2 años la complicación más frecuente es la opacificación de la cápsula posterior que puede ocurrir hasta en el 10% de los casos y que se trata con laser, consiguiéndose restablecer una visión similar a la conseguida con la cirugía.