El tétanos es una enfermedad muy infrecuente hoy en día en los países desarrollados en los que desde el nacimiento se cumplen los calendarios vacunales y hay una buena asistencia sanitaria. En España, el último caso de tétanos pediátrico fue en el año 2000, y se han registrado 11 casos en 2007, 15 en 2008, 7 en 2009 y 9 en 2010 en adultos.
El Clostridiumtetani, productor de la enfermedad, crece en ausencia de oxígeno y produce esporas resistentes al calor y los desinfectantes. Se pueden encontrar en la tierra, el polvo de la casa y en el intestino de animales y heces humanas. La diseminación de la enfermedad es por contaminación directa o indirecta de una herida sucia e inadecuadamente tratad; no hay transmisión entre personas.
En heridas profundas, con poco oxígeno, se desarrollan bien, pero también lo hacen en heridas superficiales que aparentemente no preocupan ni a la familia ni al médico. La enfermedad produce rigidez muscular, especialmente en la mandíbula; espasmos y convulsiones, que pueden llegar a producir fracturas de huesos largos y la muerte.
En los países en vías de desarrollo el número de casos nuevos es mucho mayor, con una gran mortalidad en los lactantes, llegando al 30%,e incluso en algunos lugares al 70% de los infectados.En Colombia se estima que esta alrededor del 50%.
Se previene la enfermedad mediante la vacunación. La vacunación de la madre en el embarazo asegura que el recién nacido tenga anticuerpos y esté protegido.
En el caso de heridas sospechosas en personas no vacunadas se debe administrar una dosis de la vacuna junto con una dosis de inmunoglobulina antitetánica. Y en el caso de personas vacunadas se administrará una dosis de recuerdo si han pasado más de 10 años desde la última dosis recibida.
Se puede administrar sola o junto a otras vacunas, como la tosferina o la difteria, en forma combinada; lo que asegura la protección contra las tres enfermedades con una sola inyección.
Esta enfermedad, a diferencia de otras como la poliomielitis o la hepatitis B, no se puede erradicar solo con vacunación al estar el microrganismos presente en muchos lugares de la naturaleza, por lo que no debemos olvidarnos de ella aunque hayan muy pocos casos.
Además la eficacia de la vacuna es del 90% y la inmunidad se pierde con el tiempo, empieza a perderse a partir de los 10 años de la última dosis y a los 25 años no existe ya inmunidad. Por ello es necesario repetir la vacunación según las recomendaciones del calendario vacunal.