El diagnostico del infarto de miocardio se basa, de forma muy general, en tres pilares básicos: lo que cuenta el paciente, el electrocardiograma y la analítica sanguínea.
La forma de instaurarse el dolor, su duración y las características del mismo son de vital importancia en cualquier acto medico. Es lo primero a tener en cuenta en la aproximación a un paciente.
Estos datos nos van a dar una sospecha o nos van a descartar el infarto. Asimismo el electrocardiograma nos da una información muy valiosa sobre la actividad eléctrica del corazón y sobre sus posibles lesiones si las hubiera.
Por ultimo, desde hace varios años, se han desarrollado numerosos indicadores analíticos que nos ayudan a tomar decisiones en paciente con sospecha de infarto. Estos tres pilares forman el diagnóstico principal del infarto.
Cuando la patología presenta síntomas y signos claros hay poca lugar a días pero, en numerosas ocasiones, los síntomas y signos son de difícil interpretación. En esos casos hablamos de baja, media o alta probabilidad de enfermedad coronaria.