En numerosos sitios públicos, aeropuertos, estaciones, polideportivos, etc vemos que se están implantando unos dispositivos llamados desfibriladores. Estos aparatos permiten salvar la vida de alguien que se encuentre en una situación crítica y su funcionamiento es muy sencillo. Es muy importante perderle el miedo al uso de estos aparatos.
La mayor causa de mortalidad en la población activa son las enfermedades cardiovasculares. De ellas el Infarto Agudo de Miocardio tiene una alta mortalidad. Las causas por las que un infarto puede conducir al fallecimiento son habitualmente las arritmias cardiacas, es decir, un ritmo desorganizado del corazón producido por la falta de irrigación sanguínea. El mejor tratamiento para estas arritmias es el tratamiento eléctrico, es decir, la desfibrilación. Con la desfibrilación reinicializamos el corazón para que retome el mando que ha perdido.
En el caso de que presenciemos que una persona ha desfallecido cerca de algunos de estos aparatos debemos cogerlo y abrirlo. En el encontraremos una pegatinas para colocar en la parte superior del pecho hacia la derecha y por debajo de la mama izquierda. Estas pegatinas están convenientemente rotuladas para evitar dudas.
El aparato se encenderá al momento de abrirlo y comenzara a explicarnos paso a paso lo que debemos hacer. Incluso nos indicara cuando dar compresiones torácicas y el ritmo apropiado: “ANALIZANDO RITMO” “NO TOQUE AL PACIENTE” “AVISE A LOS SERVICIOS DE EMERGENCIA” etc. Son algunos de los mensajes que nos irá dando el aparato. En el caso de que este recomendado una descarga nos avisara con suficiente antelación para que no toquemos al paciente en el momento de la descarga.
Con estos sencillos pasos podemos salvar la vida de una persona.