El diagnóstico de la migraña es eminentemente clínico. Debe cumplir los criterios clínicos que definen a la migraña como tal y que ya se expusieron en el capítulo anterior.
La exploración neurológica, salvo en presencia de aura, es normal y debe ser normal entre una crisis y otra siempre que no existe aura.
El uso de técnicas de imagen, como el TAC o la resonancia, no están indicadas salvo en casos de migraña en pacientes con epilepsia, presencia de signos de focalidad neurológica (síntomas que puedan sugerir un infarto cerebral, o un tumor o alguna otra patología como puede ser la pérdida de fuerza en extremidades, la pérdida de visión…), o una presentación atípica de la migraña. En casos de migraña típica o aquellas que incluyen aura visual, no está indicado la realización de ninguna prueba de imagen.
De hecho, cuando se realiza una prueba de imagen, lo que se busca es cualquier enfermedad diferente a la migraña que pueda causar unos síntomas similares. En el caso de la migraña, las pruebas son normales y no aparecerá ninguna lesión.
Por tanto, para un correcto diagnóstico de la migraña no es necesaria la realización de ninguna prueba añadida a una buena exploración neurológica.