Existen diversas fórmulas para calcularlas. Lo mejor es realizar una prueba de esfuerzo bajo supervisión médica y ver, realmente, cómo se comporta nuestro corazón ante el ejercicio físico. Eso nos daría con exactitud la intensidad a la que debemos trabajar para cada objetivo en concreto.
De manera teórica, el cálculo más sencillo y extendido es que la FC máxima (teórica siempre, no lo olvidemos) que no debemos superar, sería el resultado de restar nuestra edad a 220, con un margen de 10 latidos por minuto por arriba o por abajo.
El rango en el cual debemos movernos lo calcularemos mediante porcentajes de esa máxima. Así, hemos de hallar un límite inferior y otro superior de frecuencia cardiaca.
Para entrenar de forma saludable (insisto, como siempre, que son normas generales y que es importante individualizar cada caso) basta con que nos mantengamos entre el 65 y el 80% de nuestra máxima teórica.
Límite inferior= 65%(220-edad)
Límite superior= 80%(220-edad)
Existen fórmulas mucho más complejas, que tienen en cuenta otros factores, haciendo el resultado más fisiológico, pero para comenzar, nos basta con estos cálculos sencillos.