España es para muchos turistas de origen europeo sinónimo de país de sol. De hecho la gran mayoría de ellos vienen a nuestro país en busca de los preciados rayos del astro. Sin embargo, encuestas recientes demuestran varios aspectos curiosos.
Nuestros vecinos del centro y norte de Europa son más conscientes de la importancia de tomar el sol para su salud, que los españoles, y la prueba de ello que muchos de nosotros hemos comprobado es la estampa de muchos países donde apenas sale un rayo de sol y la temperatura es aceptable, allá que se van a parques o terrazas a tomar el sol y si pueden despojados de toda la ropa admisible por el entorno.
Nuestros vecinos europeos son muy conscientes de la importancia del sol para sus vidas y su salud porque han pasado meses con poca luz y menos sol. La luz y el sol influye en nuestras vidas de manera crucial. Los periodos con menos horas de luz se caracterizan por una mayor frecuencia de estados de ánimo bajos incluso depresivos. Pero la luz del sol es además muy importante para mantener unos niveles adecuados de vitamina D.
La vitamina D es una vitamina liposoluble para ser activa debe sufrir una serie de procesos en el organismo. Se forma a partir de dos provitaminas: la provitamina 7-deshidrocolesterol o provitamina D3 que es de origen animal y el ergosterol o provitamina D2, de origen vegetal.
En la piel, gracias a la acción de las radiaciones ultravioletas que recibimos con la luz del sol, se transforman respectivamente en colecalciferol (vitamina D3) y ergocalciferol (vitamina D2). En el hígado se transforman en 25-hidroxicolecalciferol (o calcidiol) y posteriormente en el riñón se transforma en 1-25 dihidroxicolecalciferol (o calcitriol), que es el producto más activo de la vitamina D para promover la absorción intestinal de calcio y fósforo y la reabsorción ósea.
Por tanto necesitamos la vitamina D para mantener una salud ósea adecuada, y esto es más importante a medida que se envejece, ya que existe un aumento del riesgo de desarrollo de osteoporosis y fragilidad ósea que es una causa importante de incapacidad en edades avanzadas.
Además de la importancia de la vitamina D para el metabolismo óseo, hay que destacar que diversos estudios recientes señalan que la deficiencia de vitamina D se ha relacionado con diversos tipos de cánceres, enfermedades cardiovasculares y diabetes, las cuales son causas principales de morbimortalidad en la sociedad actual.
Algunas encuestas revelan que en España y otros países del sur de Europa existen niveles relativamente bajos e incluso deficientes de vitamina D en muchos sectores de la población y especialmente en personas de edades más avanzadas.
En general, parece ser que nuestras fuentes alimentarias no son deficientes en vitamina D, debido a nuestra dieta variada rica en productos que son fuente de viatmina D como cereales algunos vegetales, el pescado azul, el aceite de hígado de pescado, la margarina,la yema de huevo, leche yogures y otros productos lácteos.
A pesar de ello, hay que considerar que no estamos expuestos a las radiaciones el tiempo suficiente. Pensemos, ¿qué partes de nuestro cuerpo están expuestas al sol durante el invierno?, ¿la cara y las manos?.
En verano tenemos la gran suerte de vivir en un país cálido y soleado y eso, en gran medida evita que tengamos deficiencia de vitamina D.
Por otro lado cada vez existe una mayor conciencia en la población de los riesgos que entraña tomar el sol de manera excesiva por el aumento del riesgo de cánceres de piel, lo cual ha llevado al extremo de huir del mas mínimo rayo de sol a muchas personas.
La precaución para no recibir un exceso de radiaciones solares, no debe suponer que no expongamos la piel a la luz solar, ya que se corre el riesgo de tener bajos niveles de vitamina D.
No debemos exponernos a quemaduras ni a las radiaciones solares más agresivas, pero si intentar “tomar el sol” de una manera moderada a las horas del día en que dichas radiaciones son menos intensas.
La exposición al sol de unos 10 a 20 minutos tres o cuatro días a la semana garantiza unos niveles adecuados de esta vitamina en el organismo.
La vitamina D producida en la piel se almacena en el tejido adiposo y el músculo para cubrir las necesidades en épocas del año donde no hay baja exposición al sol. Por ello en la época del año que se avecina aprovechemos el lujo de nuestro clima y nuestro sol, y de manera adecuada y moderada, tomemos el sol, ello nos proporcionará muchos beneficios, nuestro cuerpo lo agradecerá y mantendremos unos niveles de vitamina D adecuados.