El envejecimiento de la población en los llamados países desarrollados es actualmente una de las grandes preocupaciones desde el punto de vista social y de salud. El aumento de la esperanza de vida es la causa de un aumento de la prevalencia de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como pueden ser las enfermedades cardiovasculares , metabólicas y enfermedades neurodegenerativas.
En el proceso de envejecimiento se produce de manera natural una disminución del rendimiento cognitivo, principalmente de la memoria. La alimentación adecuada, entre otros factores como la actividad física y mental, puede ayudar a minimizar los efectos del paso de los años.
Numerosos estudios epidemiológicos sugieren que alimentos como las frutas, verduras, pescado, vino, el aceite de oliva y frutos secos, típicos de la dieta mediterránea pueden ayudar a frenar el declive cognitivo asociado a la edad avanzada. Ello es debido a que estos alimentos son ricos en nutrientes como los ácidos grasos mono y poliinsaturados, la vitamina B , D y E, polifenoles y otros con demostrada efectos antioxidantes.
Es decir, que el patrón alimentario típico de los países mediterráneos parece ser que se relaciona con una menor incidencia de deterioro cognitivo leve y de enfermedades neurodegenerativas. Recientemente se han publicado estudios, como el PREDIMED que demuestran los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea sobre diferentes enfermedades incluyendo las cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas.
En relación con el deterioro cognitivo, un estudio reciente realizado en sujetos sin enfermedad vascular previa pero de alto riesgo cardiovascular con edades comprendidas entre los 55 y los 80 años ha demostrado que el consumo de aceite de oliva virgen, así como el de café, se asociaba a mejores puntuaciones en pruebas de memoria verbal.
El consumo de nueces estaba relacionado con una mejor memoria de trabajo, y el consumo moderado de vino se asociaba con mejor función cognitiva global. La característica común de todos estos alimentos es que tienen un alto contenido en polifenoles, que son nutrientes con una importante capacidad antioxidante, antiséptica y antiinflamatoria.
El estrés oxidativo y la inflamación son los principales procesos implicados en las diferentes patologías asociadas a con el envejecimiento. Esto procesos participan en el desarrollo de la enfermedad aterosclerótica, base del infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares, alteraciones asociadas a la diabetes y a la neurodegeneración.
Por ello, el consumo de alimentos presentes en la dieta mediterránea, que tiene un alto contenido en diversos tipos de polifenoles , puede ser útil para contrarrestar el deterioro cognitivo asociado con la edad y enfermedades cardiovasculares y metabólicas.