En muchas ocasiones hemos leído la frase “beber agua en abundancia adelgaza”. Muchas dietas de adelgazamiento propugnan beber mucha agua, porque eso adelgaza. Pero, ¿qué hay de cierto en ello?
Algunos estudios han demostrado que las personas que beben más agua están más delgadas que aquellas que ingieren una cantidad de agua reducida. De hecho, algunos estudios revelan como las personas obesas o con sobrepeso beben menos agua que las personas con un peso normal. Así mismo se ha propuesto que el aumento de la ingesta de agua se asocia con una mayor pérdida de peso en adultos obesos que realizan diferentes programas para disminuir el peso corporal.
En un estudio reciente realizado en Alemania, los investigadores analizaron 5.000 referencias de bases de datos de artículos científicos en los que se estudiaba la relación entre el consumo de agua y la pérdida de peso. Se encontraron 11 estudios en los que había investigaciones al respecto y tres de ellos mostraban a las claras que el consumo de agua está relacionado con una mayor pérdida de peso. En uno de estos estudios se mostró que las personas que aumentaron en un litro al día el agua ingerida al día adelgazaron entre uno y dos kilogramos más que el grupo de control, que mantuvo sin cambios la cantidad que bebía.
En principio cabe pensar que la ingesta de agua por si misma no tiene efectos adelgazantes. Sin embargo la sustitución de ciertas bebidas por agua puede contribuir a reducir el peso en algunas personas. Muchas personas ingieren diarimente liquidos azucarados en forma de refrescos que según estudios realizados pueden llegar a suponer unas 400 a 800 Kilocalorías diarias. Si esa cantidad de líquido se sustituye por agua, es indudable su efecto beneficioso porque disminuye la ingesta calórica.
La ingesta de agua produce una sensación de saciedad por la distensión de la pared estomacal, pero no parece que este sea el mecanismo por el cual se pueden producir los efectos beneficiosos de la ingesta de agua. Sin embargo la combinación de dietas con alto contenido en alimentos que contienen fibra junto con un aumento de la ingesta de agua podría favorecer la sensación de saciedad y contribuir, en ese sentido a una mayor disminución de peso. Se ha hipotetizado que el simple hecho de beber agua podría aumentar el gasto energético de nuestro cuerpo. Aunque todavía no está bien estudiado, se podría proponer un mecanismo basado en el aumento de la termogénesis inducida por el agua.
Aunque no existen todavía datos concluyentes que indiquen que beber más agua nos hace adelgazar, hay otros beneficios que tenemos que tener en cuenta para aumentar nuestra ingesta de agua. El mantenimiento de un nivel adecuado de hidratación ha demostrado efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades metabólicas, cardiovasculares y renales. El nivel de hidratación puede jugar un papel en los procesos de regulación de peso. Una parte considerable de la población tiene un nivel de hidratación deficiente, y este este es aún menor en personas de edad avanzada donde la prevalencia de sobrepeso es alta. Asimismo parece ser que las personas obesas o con sobrepeso tiene un nivel de hidratación más bajo que las personas con peso normal.
En resumen, aunque hacen falta más estudios que clarifiquen los posibles efectos beneficiosos del aumento de la ingesta de agua para la pérdida de peso, parece ser que la ingesta de agua refuerza los efectos de una dieta de adelgazamiento.