Ningún británico olvidará la noche del 4 de agosto de 2012 si es fan del atletismo. Nada menos que tres horas en poco más de una hora en un estadio que ardía como si la llama olímpica estuviera en el centro del estadio. La británica Jessica Ennis, campeona mundial de 2009, ganó la medalla de oro del heptatlón, con un total de 6.955 puntos al término de las siete pruebas disputadas en el Estadio Olímpico de Londres y se convirtió en un mito del atletismo inglés.
Ante 80.000 espectadores volcados con ella, Ennis, de 26 años, superó a la rusa Tatyana Chernova, vigente campeona del mundo, que se llevó la plata con 6.628 puntos, y a la ucraniana Lyudmyla Yosypenko, bronce con 6.618 puntos.
Pero la gran sorpresa estaba por llegar. Un británico Greg Rutherford, campeón olímpico con 21 años en un concurso de longitud que nadie esperaba. Los 8.31 metros valen oro. Con estas dos victorias el estadio se ha convertido en una caldera.
El atleta británico, de 25 años, logró así su primer oro y su mejor marca en el cuarto salto, liderando la final. El australiano Watt sorprendió en su penúltimo salto colocándose tercero, ya que estaba firmando una prueba mediocre hasta el momento y mejoró su marca en el último firmando 8.16 metros finalmente. El americano Will Claye estuvo luchando por el oro con Rutherford pero sus 8.12 metros del cuarto salto le relegaron finalmente al bronce. Rutherford no se lo podía creer, Oro.
Pero la prueba perfecta fue la de los 10.000 metros. Mo Farah, de sangre somalí, hizo levantarse poco a poco al estadio. Nadie se lo podía creer. Lideraba la prueba y miraba de reojo a Bekele. Este escupía, no estaba agusto, pero el mito hizo que todos tomaran precauciones. Había miedo a ganarle. Farah lo vio claro. Ahora o nunca, e incremento la zancada ante la mirada alucinada de los keniatas. Tuvo que ser el hermano de Kenenisa Bekele, Tariku, el que mantuviera el honor de la familia logrando el bronce. La sorpresa continuó porque el americano Galen Rupp lograba la plata con un memorable sprint final.
Farah, de 29 años, es el primero atleta de nacionalidad no africana, aunque nació en Somalia, que gana la prueba de 10.000 metros en unos Juegos desde el italiano Alberto Cova, campeón en 1984 en Los Ángeles. La noche perfecta en el Olimpy Stadium era ya una realidad. Nadie que esutviera allí la olvidará.