Alemania es uno de los países más fuertes del mundo. Su economía es envidiada en muchos puntos del planeta y es de los pocos capaces de afrontar con éxito una etapa de crisis como la actual debido a su fuerte y estricto sistema, que les ha convertido en un auténtico »rodillo». En este estado de bienestar el fútbol también puede presumir de gozar de un perfecto estado de salud.
Los números así lo demuestran. En los últimos tiempos siempre que ha habido un gran torneo de selecciones Alemania se ha colado entre los mejores. A lo largo de los últimos doce años sólo tienen dos borrones en su historial: la Eurocopa del año 2000 y la de 2004, en la que cayeron en la primera fase.
Podría decirse que son las excepciones que confirman el éxito de Alemania, ya que en 2002 fueron subcampeones del Mundial, en el que sólo el mejor Ronaldo les separó de la gloria. En la Copa del Mundo de 2006, tras cambiar el equipo de arriba a abajo, finalizaron en tercer lugar tras imponerse en la final de consolación a Portugal.
En 2008 dieron un paso más adelante y se quedaron a un paso de ganar la Eurocopa, sólo la mejor España de todos los tiempos les impidió que se proclamaran mejor equipo del viejo continente. Precisamente, la »Roja» también fue su bestia negra en 2010, cuando los hombres de Vicente del Bosque les dejaron nuevamente a las puertas de la gloria en el Mundial en semifinales, en el que volvieron a repetir el puesto de 2006: tercero
Esto quiere decir que desde que cayeran en la primera fase de la Eurocopa en 2004 llevan ocho años llegando como mínimo a semifinales de cada torneo que disputan.