Hoy nadie discute a Iker Casillas como portero de la selección española tras los innumerables »milagros» que ha realizado el meta con la »Roja». Uno de los primeros de ellos fue, precisamente, contra el próximo rival de España en la Eurocopa: Irlanda.
Fue en el Mundial de 2002. Un torneo al que Casillas llegó por la puerta de atrás, ya que había sido suplente de César en el Real Madrid en el tramo final de aquella temporada. Pese a ello, José Antonio Camacho, entonces seleccionador de España, confió en él para la Copa del Mundo.
Sin embargo, le llevó como segundo portero, por detrás de Santiago Cañizares. La diosa fortuna quiso que Cañizares antes de comenzar el campeonato se lesionara y fue finalmente Casillas el que comenzó como titular el torneo.
El meta devolvió a Camacho su confianza en él como mejor sabe: con grandes paradas. Especialmente destacado fue su partido contra Irlanda en los octavos de final del torneo. Durante el partido detuvo un penalti a Ian Harte. Sin embargo, no fue suficiente para que España pudiera esquivar la prórroga tras haber empatado a uno en los noventa minutos reglamentarios.
Durante el tiempo extra no se movió el marcador y se tuvo que llegar a los temidos penaltis. Parecía que de nuevo los temidos once metros iban a acabar de manera prematura con el sueño de España. Sin embargo, ahí estaba »San Iker» para evitarlo, que detuvo dos lanzamientos y clasificó a España a los cuartos de final en su primer »milagro» con la ‘Roja’.