Es bastante común en países del norte de Europa, como Holanda: el precio de la gasolina se fija minuto a minuto, de forma dinámica. Los euros por litro que aparecen en la pantalla del surtidor los decide un software informático en base a algoritmos que tiene en cuenta, en tiempo real, si es momento valle o pico de tráfico, el precio del crudo, el clima, las ofertas de la competencia… Y no son buenos para el consumidor: Estos algoritmos hacen que la gasolina tienda a subir de precio, según un análisis publicado este martes por The Wall Street Journal.
Estimación de todas las variables
El sistema del precio dinámico sigue un proceso complicado que incluye centenares de variables.
Lo primero que se hace es construir una base de datos con información histórica de precios, días del año, clima, etc. Esta base se conecta con los sistemas de compra de gasolina al por mayor, para que el software estime cuál va a ser la demanda en función de estos precios mayoristas y de los de la competencia.
En este proceso, el dueño de la gasolinera o cadena de gasolineras añade al sistema sus requisitos de precios mínimos o márgenes necesarios.
Con todo ello, el algoritmo fija el precio para ese instante y lo lleva al surtidor. Además, guarda la información cada día y la va usando para hacer el sistema de inteligencia artificial más preciso.
Ciencia ficción en España
En España los precios dinámicos de la gasolina son, de momento, ciencia ficción; o una distopía, según quien lo mire.
“Todavía está lejos de ser una realidad en nuestro mercado, pero llegará”, opina para Teinteresa.es Ismael Grande, de Copermática, una empresa que fabrica software para estaciones de servicios. “Nosotros de momento lo que tenemos es una aplicación que permite que el dueño gasolineras programar, a distancia y desde el móvil, los precios de cada día”.
Hay un obstáculo importante para que este sistema llegue a España. Las gasolineras están obligadas a comunicar cada cambio de precio por adelantado, al menos una hora antes, al ministerio de Industria, Energía y Turismo, según explican a este diario desde el propio ministerio. Deben, además, enviar un informe cada lunes. A los que no lo hacen, y los hay, se les abre expediente y se les multa.
Los datos de precios se suben a la página oficial de Geo Portal de Gasolineras. De esta beben aplicaciones como Combusfree o GasAll, entre otras, que sirven para geolocalizar las gasolineras más baratas.
Hacia una posible concertación de precios automática
En 2015 la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) española multó con 32 millones de euros a las principales empresas de combustible de España (Repsol, Cepsa, Disa, Galp y Meroil) por acordar precios. La concertación quedaba clara en los correos electrónicos que unas empresas enviaban a las otras.
Con el sistema informático automático, esta concertación de precios puede ser más sencilla y no requerir siquiera de la connivencia explícita de seres humanos. ¿Cómo demostrar que los algoritmos de varias empresas han sido diseñados para dar precios similares?
Así, una gasolinera holandesa observada por el WSJ subió el precio tres céntimos y medio a lo largo del día, casualmente la misma subida de una estación competidora a tres millas de distancia.
Cambio por hora de gasolina 95 de dos gasolineras holandesas con precios dinámicos, fuente WSJ
“Cuando hay libre competencia entre empresas rivales que venden un producto similar, como la gasolina, los precios deben, en teoría, bajar”, se lee en el diario neyorquino. “Este tipo de algoritmos fijan el precio decenas de veces al día, y son cada vez mejores al detectar lo que los competidores cobran a los consumidores y lo que éstos están dispuestos a pagar. Hay señales de que terminan subiendo los precios al mismo tiempo”.
La fijación de precios (cártel de precios) es uno de los principales enemigos de los reguladores de todo el mundo, porque minan la base del sistema económico occidental.
“Si los profesionales de póker no pueden competir con un algoritmo, imagina la dificultad para que lo haga un consumidor”, asegura Maurice Stucke, un ex fiscal contra los cárteles de fijación de precio de Estados Unidos. “Sin lugar a dudas, los consumidores van a terminar pagando más”.
Este sistema de precios dinámicos no es exclusivo de la gasolina. Se aplica de forma generalizada en los billetes de avión. Hay quienes ensayan con etiquetas electrónicas que pueden subir o bajar el precio al minuto: si se está en Córdoba en verano a las tres de la tarde y hace mucho calor se sube el coste del agua; si en Burgos en invierno, el del café caliente. El futuro del comercio también depende de un algoritmo.