Desde 2005 hasta 2016 el ‘oro negro’ ha fluctuado entre los 138 y los 42 euros el barril, pero la gasolina nunca ha bajado de aproximadamente un euro por litro. Y nunca lo hará. ¿Por qué?
La gasolina 95 cuesta ahora mismo alrededor de 1,18 euros el litro. El diésel está en 1,07. La decisión histórica de la OPEP de reducir la producción de crudo ya ha encarecido en más de diez euros el barril de Brent de referencia. Sin embargo, la cuestión está en que el precio de las materias primas solamente supone un 50% del precio final de la gasolina.
El resto son impuestos.
El efecto ‘tope’ de los costes fijos
Es el ‘misterio’ de la gasolina en España. No importa cuánto baje el petróleo, el consumidor siempre tendrá que pagar los impuestos que afectan a la gasolina y que suponen alrededor de 50 céntimos por litro.
El impuesto especial de hidrocarburos es fijo y no un porcentaje como el resto de tributos. Por eso, aunque la OPEP decidiese regalar el crudo existe un ‘tope’ que hay que pagar.
Que impuestos se aplican
Son tres los impuestos que afectan a la gasolina. El más importante es el del impuesto de hidrocarburos que fue introducido en el año 92 para aplicar directivas europeas y que supone alrededor de 47 céntimos al litro. Poco después, en el 98, el mercado de los carburantes se liberaliza para facilitar la competencia de las petroleras.
Además de este impuesto especial, en 2002 se introdujo otro “impuesto a las ventas minoristas”, también fijo y que supone otros 3 céntimos, más o menos, dependiendo de si es gasolina o diésel.
Además, el IVA se aplica como en todos los productos al consumo añadiendo un 21% al precio final de ventas.
No baja pero sí puede subir
Todos estos impuestos hacen que sea prácticamente irrelevante la bajada de precios del crudo. Pero, como recuerda el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, no hay un tope por arriba.
“Las marcas pueden cargarle el incremento de las materias primas al consumidor o más, no tenemos forma de saberlo”, asegura Sánchez, que advierte de que “al no haber un tope legal en el precio las empresas pueden especular”.
Con este sistema el consumidor es el que paga. La gasolina no puede bajar pero no hay nada que impida a las gasolineras subir el precio.
Máximo de 1,5 euros el litro
Lo cierto es que históricamente las subidas y bajadas del precio del crudo se han reflejado en el precio de la gasolina pero muy amortiguadas respecto a las fluctuaciones del barril.
Es el caso de la bajada de precios de 2008 durante la crisis económica. Entre julio y diciembre de ese año el Brent cayó alrededor de un 75% y al consumidor el precio le bajó únicamente un 30%.
Lo mismo ocurrió en 2014 cuando la producción de crudo se resintió tras la ‘guerra del fracking’ con Estados Unidos. Entonces las materias primas cayeron un 60% pero la gasolina solo bajó un 20%.
Las subidas se reflejan algo más. La subida más importante fue en 2010 cuando el barril de la OPEP costaba un 42% más y la gasolina también aumentó, esta vez un 17%.