Es una enorme cantidad de dinero, y promete generar una batalla del mismo calibre.
En el espacio de unas pocas horas, el Gobierno de Irlanda y la Unión Europea han publicado sendos documentos con los argumentos a favor y en contra de que se obligue a Dublín a recuperar los 13.000 millones de euros del presunto escaqueo fiscal consentido a Apple.
En el irlandés, el lenguaje es muy duro. Han apelado ante los tribunales lo que consideran una “extralimitación” de las funciones de la UE, a quien acusan de incumplir “de forma manifiesta su obligación de dar razones para su decisión” y de basarse en hechos “extremadamente alejados de la realidad”. La Comisión ha aplicado mal la legislación, dicen, sobre ayudas estatales. Es más, han tratado de “reescribir las leyes fiscales irlandesas para empresas” sin seguir el procedimiento pertinente, actuando parcialmente y sin la “diligencia debida”.
En el europeo, se acusa a Irlanda de permitir que Apple haya pagado un tipo efectivo por sus ventas en la Unión Europea de tan sólo el 1% desde 2003. En 2011, por ejemplo, Irlanda permitió que Apple pagara impuestos sólo por 50 millones de beneficio, cuando en realidad obtuvo 16.000 millones sólo en una de las filiales, Apple Sales International. En esencia, la empresa de la manzana y el gobierno de Dublín habrían llegado a un acuerdo en el que se permitiría a Apple no pagar impuestos por los teléfonos que vende en Madrid o París, a cambio de que ésta dejara su central europea en Irlanda, con la economía que eso genera.
Guerra de comunicados
A sabiendas de que la Comisión iba a sacar a la luz los detalles de la decisión del pasado 30 de agosto por el que exigía a Irlanda poner freno a este “tratamiento fiscal preferente”, Irlanda ha decidido adelantarse unas horas y ha logrado ser portada en los principales medios económicos internacionales. “Hemos publicado hoy las alegaciones que presentamos el 9 de noviembre porque queremos que el público de Irlanda pueda comprender mejor cómo vamos a enfrentarnos a este caso”, explica a Te Interesa David Byrne, portavoz del Gobierno irlandés.
Desde la Comisión Europea explican a este diario que, ahora, los Estados tendrán que dar un paso al frente y solicitar más información sobre el caso para poder reclamar su parte de impuestos.
Se anticipa ahora una dura pelea en el Tribunal General de la UE. El ministerio de Finanzas de Irlanda ha recalcado que su Gobierno “no acepta el análisis de la Comisión” y ha subrayado que “Irlanda no hace tratos con los contribuyentes”.
Por su parte, la Comisión afirma que su investigación ha puesto de manifiesto que las resoluciones fiscales irlandesas (primero de 1991 y luego de 2007) han permitido que Apple distribuya de forma “artificial” en la UE los beneficios de dos subsidiarias de Apple, Apple Sales International y Apple Operations Europe, “sin justificación económica objetiva”. Con ellas se ha permitido que “la mayor parte de los beneficios por ventas de Apple Sales International se distribuyeron a su administración central” en Estados Unidos. Irlanda, dicen, ha incurrido “en contradicciones” a la hora de explicar el origen de la norma que han aplicado a Apple.
Desde el duro golpe mediático de la Comisión Europea a finales de agosto, Apple ha contraatacado con una carta publicada por el consejero delegado, Tim Cook. Advertía de que Bruselas había iniciado una campaña para “reescribir la historia de Apple en Europa, ignorar las leyes fiscales de Irlanda y de paso cambiar radicalmente el sistema internacional en materia tributaria”.