Puede que todo comenzara en 2008, cuando caída de la tasa de empleo se hizo real, o puede que todo comenzara en 2009, cómo dice la teoría económica, cuando se produjeron dos trimestres consecutivos de caídas reales. Son dos visiones diferentes, lo que parece claro es que llevamos una década sufriendo las consecuencias de la crisis económica, o de la “desaceleración” como la llamó el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
¿Qué ha sido la crisis? Las definiciones pueden ser múltiples pero si hubiera que destacar una idea, para el profesor de Economía de la Universidad de Salamanca, Rafael Muñoz de Bustillo, esto no ha sido una crisis sino dos: “Una primera fue la financiera y de la burbuja inmobiliaria que duró hasta el 2010. Luego la segunda crisis fue la de la deuda, provocada por las políticas que se pusieron en marcha” afirma. “La segunda crisis alarga la agonía de la economía, producto de esas políticas forzadas por la Unión Europea que han sido muy dañinas para la recuperación económica”.
Por su parte, la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Raquel Llorente, considera que “es muy complicado destacar una idea general” pero sí que se centraría en “la necesidad de evaluar lo que ha pasado y controlarlo en el futuro”. “Seguimos teniendo problemas y no parece que se apliquen soluciones para ello. Se debería estudiar lo que ha pasado para no caer en los mismos errores” añade Llorente, que critica también las medidas aplicadas de austeridad.
El profesor Muñoz de Bustillo huye de la necesidad de opinar sobre el momento en que comenzó la crisis porque “si nos ceñimos a la definición, que es cuando se producen dos trimestres seguidos de caída, España vivió esa situación en 2009. El PIB comenzó a caer y con ello el proceso de desaceleración, parón de la inversión, aumento del desempleo…”
Es en este último punto donde se centra la profesora de la Autónoma, que admite que en “términos laborales” la tasa de desempleo comienza a dar señales en el segundo trimestre de 2007” pero como “año completo” fue el 2008.
En cuanto a su fin, el Gobierno de Rajoy es contundente pero Llorente matiza: “Se ha terminado en términos macroeconómicos pero falta que se traslade al empleo, a los trabajadores… Hay buenos signos pero no hemos llegado a los niveles previos a la crisis”.
Para Rafael Muñoz de Bustillo, de nuevo centrado en la definición, el crecimiento llega “en 2013-2014, cuando se produce la recuperación del PIB. Lo que ocurre es que no se ha transmitido todavía al mercado de trabajo”. Los niveles de producción previos a la crisis se han recuperado pero no los niveles de empleo. “Hay una sensación de recuperación de la economía pero no es generalizada por la elevada tasa de desempleo. Conviven las dos experiencia: España se ha recuperado de la crisis, pero la sensación no es esa” concluye.
El principal impacto: el empleo
“Es sin duda la crisis más fuerte que ha habido en este país por sus efectos. En los tiempos modernos, desde la transición, no habíamos conocido una crisis con tanta intensidad” afirma Muñoz de Bustillo. “La situación con el empleo no se había vivido desde el 93, lo que ocurre es que esta ha sido mucho más larga. Ha sido un fenómeno desconocido por su intensidad en España y Europa” añade.
En el caso de España, heredamos la crisis inmobiliaria que el propio sistema reforzó porque “estaba volcado sobre ello” para la profesora de la UAM. “Se recrudeció en la segunda recesión, apoyado por las políticas que se aplicaron. No supimos hacerla frente” añade Llorente y señala al ‘Modelo W’: llegada de la crisis, repunte con los llamados brotes verdes y la caída de nuevo.
“Ha habido una devaluación salarial, pérdida de poder adquisitivo y con la reforma de 2012 se ha precarizado el empleo. Estamos ganando puestos de trabajo pero a costa de los derechos de los trabajadores” explica Llorente que señala la precarización laboral a la que se exponen los nuevos empleos. Además, se han producido algunas tendencias, es el “llamado efecto desánimo” por el elevado tiempo que ha durado.
Para el economista Rafael Muñoz de Bustillo, el alargamiento en el tiempo del problema del desempleo también ha sido una cuestión clave. “Si se hubiese resuelto como la alemana, en dos o tres años habría aminorado el impacto económico y el efecto principal: perdida de ingresos y la distribución desigual”.
Para concluir, Llorente señala la merma de las clases medias: “las desigualdades han crecido. Es cierto, los ricos son más ricos y los pobres son más pobres”. Para Muñoz de Bustillo pertenecer a la UE permitió crecer a España antes de la crisis, durante ella ha hecho que se retrase la recuperación. “No se puede entender esta crisis sin entender el contexto de los compromisos europeos del país” concluye.