El edificio fue inaugurado por el rey Alfonso XIII el domingo 2 de octubre de 1910 en compañía de los ministros y representantes de la alcaldía de Madrid (siendo alcalde José Francos Rodríguez). El Hotel surge de una necesidad hostelera creciente de la ciudad de comienzos del siglo XX.
Los periódicos de la época resaltan el sitio en el que se ha construido como el más sano y tranquilo de Madrid. El emplazamiento elegido era antes un descampado, ocupado por algunos barracones (pertenecientes al Circo Hipódromo) así como por los jardines del antiguo Teatro Tívoli. Todos estos terrenos pertenecieron anteriormente a los jardines del Buen Retiro de Madrid.
El Hotel de Alfonso XIII
Se inició el estudio de la construcción del hotel a instancias del rey Alfonso XIII quien, a la vuelta de una gira por Europa, se percató de que la Corte española carecía de un hotel con la dignidad suficiente para recibir a la realeza europea y demás visitantes ilustres. Su idea era que Madrid contase con un hotel a la altura de los hoteles Ritz de Londres y de París. Su propia boda con Victoria Eugenia de Battenberg fue la excusa para dotar a Madrid con un hotel de lujo, el primero de la capital española. El mismo Rey aportó parte del capital, junto a otros personajes de la sociedad madrileña, y encargó a la Ritz Development Company su construcción, siendo diseñado y construido bajo la supervisión personal del famoso hotelero César Ritz, de quien adoptó el nombre.
La idea inicial era que el mismo César Ritz se hiciera cargo del Hotel de Madrid, pero desde 1902 sufría de depresión y finalmente contribuyó a su muerte en 1918. En el Madrid de comienzos del siglo XX existían ya algunos hoteles, uno de ellos el recién estrenado Grand Hôtel de París ubicado en plena Puerta del Sol, a pesar de todo no era considerado un hotel de lujo. Aunque hubiera un deseo expreso de Alfonso XIII apoyando su construcción, alguno de los políticos de la época mostraron una fuerte oposición al proyecto, uno de ellos fue el concejal del Ayuntamiento de Madrid Francisco Largo Caballero (posteriormente será Diputado en Cortes y Presidente del Gobierno de la República) alegando que la altura del edificio proyectado no era la permitida por las leyes de urbanismo estipuladas para esta zona. Finalmente el proyecto logró salir adelante.
El suntuoso edificio fue proyectado en 1908 por el arquitecto francés Charles Frédéric Mewes y construido en el periodo (1908–1910) bajo la dirección del español Luis de Landecho. Se trata de uno de los primeros edificios madrileños que emplea en su construcción el hormigón armado. Las obras de construcción se concluyeron el 14 de mayo de 1910. Las empresas españolas y extranjeras más afamadas de la época contribuyeron en la decoración de sus salas. Las alfombras se tejieron en la Real Fábrica de Tapices, la mantelería fue encargada a firmas irlandesas, el mobiliario fue encargado a Lissarraga y Sobrinos, los espejos a Pereantón. La vajilla de Limoges y la cubertería de plata inglesa de la casa The Goldsmiths. Se inauguró con una gran fiesta el día 2 de octubre de 1910, y rápidamente se convirtió en uno de los referentes de la vida social y cultural de la capital. El primer consejo de administración era presidido por Luis de Cuadra y Raúl, II marqués de Guadalmina. El primer gerente del hotel fue Antonio Mella, que poseía la experiencia de la gerencia anterior de los Hoteles Ritz de París y Londres. Su mujer le ayudó en la gestión del Hotel haciéndose cargo de los servicios de cuartos y de ropa. Pronto acapararía la atención de la sociedad madrileña de la época, hasta que años después se construya en frente el Hotel Palace.