Si una Cataluña independiente sería viable económicamente es una de las grandes cuestiones del procés. Y es que el resto de España es, con gran diferencia, el mercado más importante de ventas de las empresas catalanas, cuadriplicando en volumen al siguiente cliente: el francés.
En este contexto, Convivencia Cívica Catalana ha elaborado un informe, con datos recientemente publicados por el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), donde se cuantifica el beneficio económico para los ciudadanos y empresas de Cataluña de las compras de productos catalanes por el resto de españoles.
Elevada dependencia
Como primera conclusión, se constata que casi un tercio de todo lo producido por las empresas catalanas (31%) está asociado a las compras del resto de españoles. Este porcentaje de dependencia económica se incrementa en sectores tan relevantes como el comercio (35%), la industria (41%) y la agricultura (45%).
En numerosas ramas de actividad de la economía catalana la mayor parte de su producción está asociada a las ventas al resto de España. Por ejemplo, más del 60% de toda la producción papelera de Cataluña va dirigida hacia el resto de España, el 57% de los productos alimenticios, el 56% de los farmacéuticos o el 55% de la edición de libros.
Asimismo, en muchos otros sectores de gran relevancia, los porcentajes de dependencia del resto de España son muy próximos al 50%, como en la fabricación de productos textiles (48%), los químicos (48%) o el transporte (46%).
Sin embargo, uno de los resultados más destacados del estudio es la cuantificación de la riqueza que generan en Cataluña las compras del resto de España. En base a los datos del modelo input-output, elaborado por el propio gobierno catalán, puede estimarse que las compras del resto de españoles generan una riqueza en Cataluña de 54.494 millones de euros anuales, es decir, unos 7.200 euros por catalán y año.
Casi un millón de empleos catalanes depende del resto de España
Además, las compras del resto de españoles generan en Cataluña 973.000 puestos de trabajo, lo cual representa un 27% del total del empleo existente en Cataluña. En otras palabras, más de 1 de cada 4 empleos en Cataluña dependen del resto de España.
Así pues, con el grado de dependencia del mercado español que muestran estos resultados, resulta evidente que una hipotética secesión de Cataluña y consiguiente ruptura con su principal mercado, el resto de España, tendría notables efectos negativos sobre la producción, el valor añadido y el empleo de la economía catalana.
Los estudios realizados a nivel internacional concluyen, también, que la aparición de una nueva frontera política conlleva una caída entre el 33% y el 66% sobre el comercio bilateral existente con anterioridad a la creación de esa nueva frontera, como consecuencia del conocido border effect o efecto frontera.