La salida a bolsa de Bankia «NO ES VIABLE». El inspector del Banco de España José Antonio Casaus escribe así de tajante, en un correo electrónico y con las mayúsculas incluidas, que tenía serias dudas de que esta operación fuese la solución para la entidad surgida de la fusión de Caja Madrid y otras seis cajas.
Cuatro nuevos correos electrónicos, entre ellos éste que se envió en 2011, han sido remitidos al instructor Fernando Andreu que investiga las irregularidades de la salida a bolsa en la Audiencia Nacional. En el documento, el inspector muestra su escepticismo: «Esto no tira y va a peor», dice a la vez que augura que el FROB acabaría nacionalizando la entidad.
A pesar de esto, el Banco de España terminó dando el visto bueno a Bankia en su debut en el mercado bursátil. Meses más tarde de la salida a bolsa, la entidad se desplomaba.
Ingeniería contable para ‘sanear’ los datos
«Buenas tardes pero muy malos resultados», comienza la misiva, que explica cómo la capacidad del Grupo Bankia para generar recursos de forma recurrente es «muy débil». Esto se debe, según Casaus, a la política de «pan para hoy y hambre para mañana» que se llevó a cabo durante el tiempo en que Rodrigo Rato estaba al frente de la entidad, después de ser nacionalizada.
Según el inspector, las cuentas de Bankia mostraban la ingeniería contable de recompra de pasivos, que pretendía ocultar la incapacidad de hacer frente a unos vencimientos de emisiones de 15.000 millones de euros. Estas maniobras conseguían ‘sanear’ ficticiamente las cuentas, pero no hacían viable a la entidad.
Podría haberse evitado el coste al contribuyente
Estos 15.000 millones fueron una premonición. En el correo, Cascaus asegura que «sin un cambio de control y un tijeretazo a los costes de personal», la salida a bolsa de Bankia supondría «acabar malvendiendo el banco cotizado, por un lado, y el FROB tendría que hacerse cargo del banco no cotizado, con un coste para el contribuyente en torno a 15.000 millones».
Por eso, aboga por la otra opción,»que el grupo fuera comprado hoy- en 2011- por una entidad potente y solvente» lo que, según sus palabras, supondría «coste cero para el contribuyente».
En 2012 el FROB tuvo que realizar una nueva inyección de capital a Bankia de 10.000 millones de euros. «Dije que no lo diría más…¿o sí?. Pero lo digo: este grupo NO ES VIABLE» augura Cascaus.
Un balon de oxígeno que se desinflaría
«Solo es una bombona de oxígeno que permitirá cumplir temporalmente con los nuevos requisitos de solvencia pero que no logrará transformar la estructura de Bankia. Terminará en el medio plazo con la venta a bajo precio del banco cotizado, pues no generará beneficios recurrentes, y con el Estado nacionalizando BFA supondrá un quebranto para los contribuyentes», explica en uno de los correos.
En una carta que acompaña a los correos, Casaus precisa que en todo momento, en su declaración ante el juez, que al referirse al Grupo Bankia o a Bankia a secas se refería al Grupo BFA-Bankia, que era el objeto de su análisis.
En los mensajes, Casaus señala que el Grupo BFA-Bankia no es viable «a medio plazo una estructura como la que tiene», a no ser que se produjera la toma de control por parte de una banco, «preferiblemente extranjero, que pueda convencer al mercado de que puede afrontar 120.000 milones de euros de financiación mayorista», según la Agencia Efe.
Así, la salida a bolsa de un Bankia «es el primer paso para la nacionalización de las pérdidas, algo injusto», explica.